En 2017, la Asamblea General de las Naciones Unidas instauró en 2007 el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Desde la FCVYS|UADER compartimos la reflexión, en primera persona, de una trabajadora docente para contribuir a derribar mitos y promover la inclusión.
“Cuando me preguntan por el autismo, les hablo de tu sonrisa”


Hablemos de Autismo
“No quiero teorizar, quiero realidad. Cuando tuve la intención de escribir, recordé que cada vez que se habla de autismo, no todas las personas saben lo que dicen.
Hice una encuesta en una red social, la pregunta era simple ¿CONOCES EL TEA?. Para mi sorpresa los resultados fueron 62%: SI y 38%: NO. Pero, como es común creer conocer por lo que se lee o escucha en medios que desinforman, en la siguiente historia (de la red social) les pedía que si habían respondido de manera positiva la primer pregunta, si su respuesta había sido SI, me indicaran una característica del Autismo… y ahí llegó la realidad.
Una de las respuestas fue: “No tiene cura, pero sí distintos tratamientos”. Y es a partir de aquí, donde empezaremos a derribar mitos.
El Autismo NO NECESITA CURA, porque no es una enfermedad. Según el discurso médico es un trastorno del desarrollo que se manifiesta durante los primeros años de vida. Este se caracteriza por dificultades en la comunicación y el lenguaje, como también por conductas, actividades e intereses restringidos y repetitivos. ¿Si cambiamos el discurso y decimos que es una condición de vida y sus características se hacen visible a partir de los primeros años de vida?. Esta condición supone desafíos en la comunicación e interacción social; poseen intereses y actividades que les apasionan; muestran conductas que les ayudan a autorregular su propio nivel de estrés. Podemos, entonces, comenzar a derribar barreras de exclusión y pensar un lugar donde todos y todas podamos estar.
Otra de las respuestas fue “Aprendizaje diferente” . Y SÍ. Todas las infancias aprenden diferente, algunas (me arriesgo a decir que son la mayoría) necesitan abordajes no tan mecanizados o “aburridos”. Por eso es necesario visualizar el interés de cada individuo o del grupo en el que está. ¿O acaso ustedes leen o hacen cosas que no les interesan en sus tiempos libres?
El Autismo no es una barrera para el aprendizaje o el trabajo. Las personas con esta condición SÍ están en este mundo, son parte de nuestra sociedad, de la familia, la escuela o el club. Por eso, una de las terapias más importantes a la que asisten (mientras las obras sociales la cubran o el bolsillo de las familias pueda) es la Terapia Ocupacional. Además de Psicología, Fonoaudiología, Psicopedagogía, Musicoterapia, entre otras. Quiero resaltar el valor fundamental que tienen las expresiones artísticas y la actividad física programada, que posibilitan poner en ellas lo que las personas sienten. Muchas veces, queremos enseñar a colocar un planeta dentro del sistema cuando, en realidad, lo primero que debemos enseñar es a reconcer las emociones. Somos personas, no robots.
Empecemos hoy. Dejar de hablar de normalidad para empezar a hablar de diversidad. Dejar de hablar de aceptación para hablar de convivencia. Necesitamos estos cambios, necesitamos que los institutos y/o universidades que forman docentes incluyan dentro de la formación la discapacidad o condiciones de este tipo. Es urgente.
También es urgente la EMPATÍA dentro de las Instituciones, tanto escolares como intermedias. A veces la única adaptación metodológica que necesita un niño/a, es que crean en él/ella.
No es un camino fácil para nadie, pero las primeras barreras las pone el desconocimiento. Preguntemos, seamos curiosos. Busquemos fuentes confiables.
Ser diferentes no es un problema, el problema es ser tratado diferente. La discapacidad no está en el cuerpo de las personas sino en nuestra forma de mirar al otro/a. Seamos amables y respetuosos de las diferencias y así construiremos un mundo mejor para los y las que vengan detrás.
Como docente sostengo que es nuestro deber cuestionar y trascender las categorías escolares que nos impiden pensar que una niña o niño, cualquiera sea, no tiene derecho a aprender con los demás y a ser reconocido/a como el resto.
Como mamá, cuando me pregunta por el autismo, les hablo de tu sonrisa.
Los/as espero para recorrer este camino, juntos/as.
(Lic. Ana Larreteguy – Docente de sede Gualeguay – Madre)